domingo, 27 de julio de 2008

Evolución del Ejército Indígena

Las empresas de conquista en América, como es el caso de México y Perú, se caracterizaron por ser verdaderos milagros del genio militar español, la rapidez con las que protagonizaron la conquista, es una muestra de aquello, lo cual se contrasta con la lentitud de la conquista en Chile.
Debido a las características de la población indígena araucana, la cual no poseía una unidad dentro de su sociedad primitiva, sus hábitos de trabajo eran muy débiles y no poseían una organización política, siendo tan sólo el concepto inmediato de grupo familiar, lo que resulto en un factor de resistencia para a la conquista.
Así los conquistadores se encontraron, sin una ciudad capital que sitiar, sin un emperador que derrotar, y sin un ejército indígena que vencer, por el contrario se encontraron con distintas células militares indígenas por toda la Araucanía, que se reunían de forma esporádica y no permanente. En esta oportunidad, al conjunto de estos grupos militares se les llamara ejército indígena.
La organización social de los araucanos era producto de su estado cultural en el cual se encontraban, lo cual les afectaba en todos los aspectos de su vida. Es por esta razón que probablemente el indio nunca llegó a tener un conocimiento cabal de su enemigo español.

“No puede haber existido la comprensión de la verdadera potencia y volumen de la conquista española en América, ni tampoco una idea clara de la fuente genética de la conquista ni de la capacidad bélica de España”.
Álvaro Jara
Guerra y Sociedad en Chile


Desde lo psicológico, el impacto fue tremendo, por la aparición de soldados con caballos y armas de fuego. Por lo cual, llegar a ponerse al mismo nivel, exigió un largo trecho: en cuanto al caballo se logró el indio logró la equiparación, pero en las armas de fuego la asimilación fue imposible.
Para oponerse a los españoles, los indígenas disponían del arco y la flecha, con punta de piedra, de lanza aguzada y tostada al fuego para endurecerla, de la maza, de la macana de la honda y la pica. Además en su sistema defensivo existían trincheras con ramas espinudas, trampas y zanjas con estacas aguzadas en el fondo y fuertes de troncos y palizadas.
Adaptarse a la dominación de los españoles, que suponía una transformación sustancial de sus modos de vida, los llevó a desarrollar una actividad de guerra defensiva que influyó apreciablemente en su sistema bélico. De esta forma en el curso del siglo XVI tiene lugar una adaptación y un mejoramiento de sus técnicas guerreras tan decisiva que logró poner en jaque a la sociedad española.
Para combatir la caballería española, los araucanos adaptaron la pica, alargando su longitud, alcanzando los 6 y 8 metros.
Estas picas pasaron del endurecimiento en el fuego, a incluir pedazos de espadas de los españoles en las puntas. Fabricaron garrotes arrojadizos que lanzaban directamente a la cabeza de los españoles e inventaron lazos para hacer caer al jinete de su caballo.
Donde la asimilación de las tácticas europeas adquirió mayor importancia fue en la incorporación del caballo al ejército indígena, así a partir del último tercio del siglo XVI los araucanos comenzaron a usar el caballo en forma creciente y continuada. No sólo se hicieron buenos jinetes y formaron cuerpos de caballería ligera, también inventaron un nuevo sistema de infantería montada que era una innovación no sólo para Chile, sino para las tácticas de la época en general.
Las artimañas que usaban los araucanos eran numerosas, además no descuidaban el aspecto psicológico de sus enemigos, ya que a su aspecto pavoroso añadían griteríos y el sonido de sus trompetas hechas de canillas humanas.
Además los araucanos colocaban en la punta de sus flechas una ponzoña, para esto usaban el zumo de colliguay, pero lo peligroso de estas flechas no era este veneno sino su alto poder de penetración, que hacia que el enemigo se hinchara y muriera.
Para los indios fue extraordinariamente importante llegar a un conocimiento cabal de las armas españolas y de las tácticas que se usaban contra ellos, porque de un lado ello significó perder el temor a las armas de fuego y explicar su funcionamiento, y por otro poder desarrollar a su vez formas de luchas más favorables con las circunstancias en que las armas españolas eran empleadas, como también de poder saber cuando estas armas eran eficaces o ineficaces, además de poder esquivar los proyectiles de las armas españolas.
La habilidad para eludir el fuego de los españoles fue adquirida junto con otras formas de afrontar el ataque. De los simples pelotones que constituían los indios en las batallas en los comienzos de la conquista, se pasó pronto al aprovechamiento del terreno haciendo lo posible por elegir el escenario de lucha.
De las transformaciones sustanciales del sistema de guerra de los indígenas chilenos se derivaron consecuencias particularmente graves para el bando español. Al comienzo la fuerza de las ramas europeas era incontrastable, pero en la medida en que la milicia indígena fue perfeccionándose se comenzó a establecer un verdadero equilibrio de fuerzas que vino a romperse en 1598, con la gran rebelión. Durante esos años y los primeros del siglo siguiente, los españoles se sintieron al borde del abismo, consientes del poderío de los indígenas. Sin embargo las transformaciones bélicas experimentadas por el bando indígena no son las únicas causas que experimentan el equilibrio alcanzado entre ambos contendientes. La constitución y formas del ejército español tenían deficiencias y contradicciones de enorme importancia y constituyen el reverso del problema histórico

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